Chistes de Ochenta
Estos son los 9 chistes de ochenta y más graciosos bromas sobre ochenta que matan de risa. Lea chistes acerca ochenta que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de ochenta para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre ochenta para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- El ochenta por ciento de los hombres casados engaña a sus esposas en los Estados Unidos. El resto lo hace en Europa.
- En el examen, el profesor le dice al alumno que no ha sabido contestar a ninguna pregunta:
Le haré una última pregunta, si sabe, le aprobaré.
¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?
Treinta mil quinientos ochenta y tres.
¿Y cómo lo sabe?
Perdone profesor, pero esa ya es otra pregunta. - Usted me dirá Un hombre entra en un Bar y el camarero le dice:
- Usted me dirá...
- Pues no estoy seguro, creo que un metro ochenta o por ahí - Octogenarios Estos son dos ancianos hablando, y de repente uno le pregunta al otro:
- ¿Cuántos años tienes?
Y le contesta:
- Ochenta y pico
Entonces el otro le dice:
- Pues yo tengo ochenta y tres y no pico entre horas. - Llegar al tercero - Doctor, vengo a verlo porque tengo un problema muy grave: no puedo llegar al tercero.
-¿Cuántos años tiene usted?
- Ochenta y siete.
- ¡Ochenta y siete años! ¿y quiere llegar al tercero?
- ¡Es que yo vivo en el tercero, doctor! - Tres viejos están sentados en un banco tomando el sol.
- Jo, si es que hay que ver lo que es la edad... tengo 70 años, y todos los días a las 7 en punto me levanto con unas ganas horribles de mear.
Pero no hay forma, tu, me paso el día entero queriendo mear pero no puedo.
- Pues eso no es nada. a mis ochenta años, me levanto a las 8 y lo primero que hago es irme a cagar, pero nada, que no hay manera, oye, y así me paso el día entero.
- Lo mío es peor. Con mis noventa años, yo meo todos los días a las 7 y cago a las ocho; luego, a las nueve, me despierto. - Chistes de rubias Un hombre ciego entra en un "bar de chicas" por equivocación. Se las apaña para llegar hasta la barra y pide una copa, y tras estar un rato sentado en la tabureta le grita al camarero:
- Eh, tú, te gustaría oír un buen chiste de rubias?
Inmediatamente se hace un silencio total en el bar y con una grave, profunda y áspera voz, la mujer que esta sentada junto a el le dice:
- Antes de que cuente ese chiste, señor, y en atención a su minusvalía física que le impide ver, creo que lo justo es que le advierta de cinco cosillas: - Que la camarera es rubia. Que el portero del bar es una mujer rubia. Que yo mido un metro ochenta, peso 80 kilos, soy cinturón negro de kárate y tengo el pelo rubio. Que la mujer que esta conmigo es levantadora de pesas y es rubia; y que la dama que esta sentada al otro lado de usted es una luchadora profesional y también es rubia. Y ahora que sabe eso, piénselo cuidadosamente. ¿De verdad todavía quiere contar ese chiste?
El ciego piensa durante un par de segundos, menea la cabeza y contesta:
- Naaa... Pues no lo cuento....Paso de tener que explicarlo cinco veces! - Un hombre ciego entra en un 'bar de chicas' por equivocación. Se las apaña para llegar hasta la barra y pide una copa,y tras estar un rato sentado en la tabureta le grita al camarero:
-Eh,tú,te gustaría oír un buen chiste de rubias?
Inmediatamente se hace un silencio total en el bar y con una grave,profunda y áspera voz,la mujer que esta sentada junto a él le dice:
-Antes de que cuente ese chiste,señor,y en atención a su minusvalía física que le impide ver,creo que lo justo es que le advierta de cinco cosillas:
-Que la camarera es rubia.
-Que el portero del bar es una mujer rubia.
-Que yo mido un metro ochenta,peso 80 kilos,soy cinturón negro de kárate y tengo el pelo rubio.
-Que la mujer que esta conmigo es levantadora de pesas y es rubia,y que la dama que esta sentada al otro lado de usted es una luchadora profesional y también es rubia.
Y ahora que sabe eso,piénselo cuidadosamente.
¿De verdad todavía quiere contar ese chiste?
El ciego piensa durante un par de segundos,menea la cabeza y contesta:
-Naaa...Pues no lo cuento....Paso de tener que explicarlo cinco veces! - Los ocupantes de una avioneta sufren un accidente y caen en una isla solitaria, donde no hay nada para comer. El piloto, de veinticinco años, y el pasajero, un viajero de ochenta. Después de ocho días de hambre, comprenden que uno tiene que morir para que el otro sobreviva. El anciano llora:
- ¡Qué ganará usted conmigo... Soy un puro hueso... Qué muerte tan horrible...! El joven no aguanta el llanto y le tranquiliza:
- Total, todos tenemos que morir. Es cuestión de calendario. Coge el revólver, se lo pone en la sien, y ... El viejo le detiene, lamentándose:
- ¡No por favor, no! ¡En la cabeza no... A mí me gustan tanto los sesos...!
Contar chistes de ochenta es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.