Chistes de Propinas

Estos son los 9 chistes de propinas y más graciosos bromas sobre propinas que matan de risa. Lea chistes acerca propinas que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de propinas para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre propinas para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Una chica rubia encantadora va por primera vez a cenar a un restaurante de lujo. Al ver pasar al camarero, con una bandeja enorme y un cochinillo con la manzana en la boca, le pregunta: ¿Qué es eso?
    - Eso...
    - responde el camarero con mirada amenazante-. Eso es un cliente que no dio suficiente propina
  2. -Decime, ¡cómo hacés para tener tanta suerte! ¡Vos siempre encontrás hombres armados!
    - ¡Es muy fácil, querida! Tenés que fijarte si el hombre tiene zapatos grandes. Si los pies son grandes, ¡el aparato también es grande!
    La m**... sale corriendo y en el colectivo parece que tiene suerte. Toca la rodilla, más arriba, un poco más...
    El hombre le propina un cachetazo.
    - ¡m**...! ¡No tenés verguenza!
    El otro lo mira con desprecio.
    - ¡Más verguenza debería tener usted usando zapatos prestados!
  3. Antonio tenía un sueño muy profundo y en el viaje de tren a Andújar tenía miedo quedarse dormido y saltarse la parada. La solución fue hablar con el de al lado y pedirle que lo despertara. Le dio una propina y las gracias por adelantado. No conforme con esto hizo lo mismo con varios pasajeros mas que gustosos la aceptaron. El tren llegó a Sevilla, destino final del trayecto y el hombre estaba todo cabreado. Despertó y solo quedaban allí unas monjas.
    - Hijos de p... todos, no me han avisado. Una monja:
    - Que mal hablado por dios. Otra monja:
    - Para mal hablado el tipo aquel que tiraron antes del tren en la estación de Andújar.
  4. La Propina Un tipo pide una pizza para que se la lleven a casa y cuando la recibe le pregunta al repartidor:
    -¿Cuál es la propina acostumbrada?
    -Pues… suele ser de 1 euro, pero mi jefe dice que si logro que el cliente suelte 10 céntimos, ya sería un milagro.
    -Ah sí? –dice enfadado el cliente- Pues toma 5 euros!!!!
    -Gracias señor! Lo ahorraré para mis estudios.
    -¡Muy bien chico, eso esá muy bien!Y se puede saber, ¿Qué estudias?
    -Psicología aplicada, señor
  5. Un tipo recibe una pizza en su casa, y le pregunta al repartidor:
    -¿Cuál es la propina acostumbrada?
    -Pues… suele ser de 1 dólar, pero mi jefe dice que si logro que usted suelte 10 centavos, ya sería un milagro.
    -Ah sí? –dice enfadado el cliente- Pues toma 5 dólares!
    -Gracias señor! Lo ahorraré para mis estudios
    -Y si se puede saber, ¿Qué estudias?
    -Sicología aplicada, señor
  6. La última moneda Una madre que estaba comiendo con su hijo de 10 años en un restaurante
    Al pagar deja una propina y en un descuido el niño se mete un euro en la boca y se atraganta
    En eso la madre empieza darle palmadas en la espalda, golpes y demás pero el niño no la escupe y entra en momentos de asfixia, lo cual la madre empieza a gritar pidiendo auxilio !!
    En esto un señor que también comía allí, se levanta todo tranquilo, sin mediar palabra todo con tranquilidad llega hasta el niño , le baja los pantalones y le aprieta los testículos con fuerza, dándole un tirón hacia abajo con bastante violencia ,
    El pobre chico ante el dolor inaguantable expulsa la moneda
    El hombre vuelve a su mesa con la misma parsimonia que había llegado
    Al cabo de unos minutos se acerca la madre para darle las gracias al señor y le pregunta es
    - ¿Usted medico?
    - NO - responde el caballero - SOY FUNCIONARIO DE HACIENDA experto en tocar los cojones hasta sacar la última moneda.
  7. Había una vez un cine muy famoso en el que trabajaba un acomodador, el cual trataba a los clientes como reyes, los llevaba a sus respectivos lugares y estos siempre quedaban tan contentos que le daban propina. Un día llegó un señor muy avaro el cual no le dio propina al acomodador. Bueno, comenzó la película y el acomodador de cine estaba tan furioso que le dijo al señor avaro:
    Oiga, señor, ¡El asesino es el mayordomo!
  8. Cuál es la propina acostumbrada, le pregunta un tipo al repartidor de pizzas, Pepito, estudiante universitario que hace este trabajo para ayudarse a pagar los estudios.
    Pues, esta es mi primera entrega, pero el tipo que me dio el trabajo dice que si logro que usted suelte una moneda de 25 centavos, va a ser un milagro.
    ¿Ah, sí?, gruñe el cliente, pues, en ese caso, ¡Toma $5!
    ¡Gracias, señor!, exclama Pepito, pondré el dinero en el fondo para mis estudios.
    Y, a propósito, ¿Qué carrera estás estudiando?
    Sicología aplicada, contesta el chico.
  9. Pintar el porche En un lujoso barrio de Madrid, lleno de mansiones, un hombre de aspecto desaliñado llama a una de las casas.
    La dueña de casa abre y él le dice:
    - Yo ser inmigrante buscando trabajo. Por favor ¿podría
    ayudarme?
    La señora, que estaba entretenida tomando café con unas amigas, se compadece y le dice:
    - Tengo algo que usted puede hacer: tome este bote de pintura verde y de la vuelta a la casa. En la parte trasera encontrará un porche que necesita pintura.
    Tres horas más tarde el hombre regresa contento, esperando cobrar una buena propina, y le dice:
    - Listo, ya terminé señora. Pero, yo inmigrante de Polonia, conocer bien autos europeos, ese no ser un Porsche sino un Mercedes.



chistes de propinas

Contar chistes de propinas es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.