Chistes de Taquilla
Estos son los 5 chistes de taquilla y más graciosos bromas sobre taquilla que matan de risa. Lea chistes acerca taquilla que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de taquilla para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre taquilla para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Un gallego va al cine, y la muchacha de la taquilla le dice:
- Señor, esta es la quinta vez que compra la entrada.
El gallego le contesta:
- Es que el desgraciado de la puerta me la rompe... - Lepe en el cine Uno de Lepe va al cine, y la muchacha de la taquilla le dice:
- Señor, esta es la 5ª vez que compra la entrada.
El lepero le contesta:
- Ya, es que el i**... dela puerta me la rompe... - En la taquilla de una estación, un hombre protesta muy enfadado:
¡Oiga, esto es increíble!
¡Hace más de media hora que estoy delante de esta ventanilla!
Eso no es nada, responde el vendedor, ¡Yo llevo más de 20 años detrás! - Estaba un atlante en la fila para comprar los boletos y así poder entrar a ver la más reciente producción.
Deme dos boletos por favor, señorita, dice el atlante al llegar a la taquilla.
Aquí tiene, son doce reales, contesta la taquillera.
Gracias, contesta el atlante.
Al poco rato, la taquillera observa que el atlante regresa por otros dos boletos para la misma película.
A los cinco minutos, vuelve a comprar otros dos boletos para la misma película.
Después de unos instantes, regresa a la taquilla y pide otros dos boletos para la mismísima película, a lo que la encargada le dice:
Señor, ¡Dígame cuántos boletos va a querer de una buena vez, y se los vendo todos juntos!
Solo quiero dos, dice el atlante, pero el tipo de la entrada me los rompe cada vez que se los doy. - Era una anciana que estaba formada en una taquilla, cuando de repente se acercan unos chavos y le quitan su lugar en la fila diciendo:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
De repente aparecen unas chavas y le dicen:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
En seguida unos señores y señoras y lo mismo:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
Ya al final de la fila la anciana grita con voz indignada:
¡Ahora si se amuelan, a ver quién les vende los boletos!