Chistes de Zoológico
Estos son los 25 chistes de zoológico y más graciosos bromas sobre zoológico que matan de risa. Lea chistes acerca zoológico que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Tabla de contenidos
Los Mejores Chistes de Zoológico
Estos son nuestros mejores frases chistosas de zoológico. Diviértete con un buen bromas de zoológico en español con sencillo humor de zoológico y fotos para reir.
- Una niña para un camión de transporte urbano y le pregunta al chófer:
- Disculpe, ¿va para el zoológico?.
- Así es.
- ¡Que se diviertan!. - Esta es una vez que Pepito fue al zoológico junto con su mamá y ésta le dice:
Pepito, no te acerques a la jaula del león.
Y Pepito le responde:
No te preocupes mamá, no le voy a hacer nada. - En el zoológico dos animales se ponen a charlar, y uno le dice al otro:
-Oye, ¿supiste que ayer incendiaron la jaula del león?
-¿Y hay algún sospechoso?
-Se sospecha de la llama... - Estaban 3 elefantes en el zoológico, cuando vieron entrar a dos personas gordas comenzaron a gritar:
¡Que nos traigan al abogado que nosotros también queremos salir! - Era una vez en el zoológico de Chapultepec y dice el osito panda:
¡Oye mamá panda!
Y la mamá panda muy molesta voltea y contesta:
¡Así tu haz de estar muy derecho, oso panzón! - –Policía, ¿dígame?
–¡Policía, vengan enseguida! ¡¡¡Hay un lobo!!!
–Para eso debe usted llamar al zoológico, señor…
–¡¡¡Déjese de tontelías, que están lobando un banco!!!. - En un zoológico dos jirafas platican y una le dice a la otra:
¿Supiste que ayer incendiaron la jaula del oso?
¿Y de quién se sospecha?
Se sospecha de la llama... - habia una vez un hombre feo pero tan feo que le pregunta a un señor de un zoologico :disculpe señor donde esta la jaula de los gorilas y el señor le responde:lo siento ya no tenemos espacio
- Este era un niño que le dice a su padre:
Papi, papi, llévame al zoológico.
Y el padre le responde:
Si te quieren ver que vengan a casa.
Chistes Cortos de Zoológico
Un chiste cortos de zoológico breve puede contarse en casi cualquier momento o situación, puesto que no requiere de demasiado tiempo. Anécdotas cortas acerca de zoológico muy bueno y tienen garantizada la risa.
- mama,mama me vai a llevar al zoologico?
:o
no mi hijito que lo vengan a ver aca.;( - ¿Cuál es el colmo de un chango?
Que en el zoológico le pregunten: "¿qué mono eres?" - ¡Ring, ring! ¿Familia León?
No.
Ay, disculpe, me equivoqué de zoológico. - Era un hombre tan feo, tan feo, tan feo, que cuando iba al zoológico, los monos le tiraban cacahuates.
Chistes de zoológico muy buenos y graciosos
Los chistes de zoológico para niños y para amigas muy buenos y graciosos siempre son un éxito en las fiestas. La risa está garantizada cuando se comparten estas zoológico bromas divertidas.
En cierta ocasión, en un zoológico un hombre le pregunta a un guía de turistas:
Perdón joven, ¿Me podría decir dónde queda la jaula de los changos?
Y el guía le contesta:
Sino se sabe regresar, ¿Para qué se sale?
El pingüino
Se encuentran Venancio y Manolo, pero éste último llevaba un pingüino de la mano, y Venancio le pregunta:
- Oye, Manolo, ¿pero qué haces con ese pingüino?.
- Pues na, que me lo he encontrao, y no sé qué hacer con él.
- Si serás tonto, Manolo, ¿por qué no lo has llevao al zoológico?'
- Hombre, pues qué buena idea. Hoy mismo lo llevo al zoológico...
Al día siguiente se vuelven a encontrar, pero Manolo sigue con el pingüino, por lo que Venancio, extrañado, le pregunta:
- ¿Qué ha pasado contigo, Manolo, no habías dicho que llevarías al pingüino al zoológico?-.
- Hombre, pues lo he llevao, y nos hemos divertido tanto, que hoy nos vamos al circo...
Un día que Pepe caminaba por la calle se encontró a Manolo con dos osos panda bebes bajo los brazos, entonces Pepe le pregunta:
¿Oye Manolo, y qué haces tú con esos osos panda? Pos parecen que no son tuyos.
A lo que éste le contesta:
Bueno Pepe, es que encontré a la madre de estos ositos muerta, y me dio mucha pena dejarlos por ahí solos.
Entonces Pepe le dice:
Mira Manolo y, ¿Por qué no los llevas al zoológico?
Y Manolo los lleva al zoológico. Al día siguiente Pepe se encuentra a Manolo otra vez, y nuevamente andaba con los mismos ositos panda bajo los brazos. Pepe se queda asombrado y le pregunta:
¿Qué? ¿No los llevaste ayer para el zoológico?
A lo que Manolo contesta:
Sí, pos es que hoy los llevo al cine, hombre.
Esta es la "versión judicial" del cuento:
"La niña Caperucita y el joven idealista Lobo"
Fallo de Corte:
Visto y considerando
1.- Que Caperucita no desconocía que podía encontrarse con el Lobo.-.
2.- Que tampoco era ajena al hambre del Lobo, ni a los peligros del bosque.
3.- Que si le hubiera ofrecido la cesta de la merienda al Lobo para que este calmara su hambre,no habrían ocurrido los sucesos referidos en autos.
4.- Que el Lobo no ataca a Caperucita de inmediato, y que hay evidencias que primero conversa con ella.
5.- Que es Caperucita quien le da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.
6.- Que la anciana es inimputable, ya que confunde a su nieta con el Lobo.
7.- Que cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la abuela, Caperucita no se alarma.
8.- Que el hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita demuestra a las claras lo poco que iba a visitarla, hecho que tipificaría el delito de "abandono de persona", por parte de la joven Caperucita.
9.- Que el Lobo, con preguntas simples y directas, quiere desesperadamente alertar a Caperucita sobre su posible conducta punible.
10.- Que cuando el Lobo, que ya no sabe qué más hacer para alertarla, se come a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra alternativa.-
11.- Que es altamente posible que, antes, Caperucita hiciera el amor con el Lobo, y lo disfrutara.
12.- Que la versión de que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo:
"¿Adónde vas?», responde: «A bañarme desnuda en el río...", cobra cada día más fuerza.
13.- Que se desprende del punto anterior que es Caperucita la que provoca los más bajos instintos, brutales y depredadores, en la pobre fiera.
14.- Que el Lobo ataca, pero tal hecho corresponde a su propia naturaleza y a su instinto natural y animal, exacerbados por la conducta de la susodicha Caperucita.-
15.- Que párrafo aparte, cabe atribuir responsabilidad en el hecho a la madre de Caperucita, quien exhibe culpabilidad por no acompañar a su hija.-
Por todo lo antes dicho, se revoca el fallo de Cámara, absolviéndose al Señor Lobo, y se dispone además:
a) Apercibir a la familia de Caperucita, imponiendo a la abuela presentarse en hospital a designar, para su observación gerontológica,
b) A la madre, apercibirla para que cumpla correctamente con sus deberes de madre
c) A Caperucita, a realizar trabajos comunitarios en el Zoológico local para conocer acabadamente la naturaleza y el instinto animal.
Aclarase asimismo en el presente fallo que este proceso no afecta el buen nombre y honor del Señor Lobo.
Publíquese, archivase, y téngase por firme el presente fallo.
Había una vez un señor en un zoológico que estaba llorando profundamente.
En eso se le acerca un hombre y le pregunta por qué estaba llorando.
El señor le dice que se había muerto ese día un elefante en el zoológico. Entonces, el señor le pregunta que si lloraba porque el elefante era su amigo y lo quería mucho. El señor le contesta:
No, ¡Es que me toca enterrarlo!
El hijito camello pregunta:
Mami, ¿por qué tenemos estas patotas?
Ay, mi bebé, pues muy sencillo, son para no hundirnos en la arena del desierto.
¡Ah!, oye, ¿y por qué tenemos estas pestañotas?
Ay, chiquito mío, pues para proteger nuestros ojos del fuerte sol y de la arena del desierto.
¡Ah!, mami, mami, ¿por qué tenemos esta jorobota?
Oh, queridito, pues en la joroba acumulamos grasa y líquidos para soportar muchos días en el desierto sin agua ni comida, así podemos tener grandes jornadas de trabajo, para eso nos sirve.
¡Ah!, oye, mami, ¿y entonces, qué diablos hacemos tú y yo en un zoológico?
La muerte del elefante
Un señor visita el zoo y ve como un hombre llora sentado en el suelo.
- ¿Qué le pasa a usted?
- Que se ha muerto el elefante...
El señor conmovido dice:
- Ah claro...lo quería usted mucho ¿no? Es que a los animalitos se les toma mucho cariño...
- No!! – interrumpe – Es que soy yo el que tiene que abrir el hoyo para enterrarlo!!
Una tarde apacible de domingo, el zoológico lleno de gente, familias completas, padres divorciados con sus niños, contingentes de turistas, jubilados, adolescentes... ¡ Lleno !
De pronto un griterío:
- ¡Se escapó el león! ¡Se escapó el león!
Todos corren desesperados hacia las puertas de salida, presas del pánico, mientras gritaban ¡Se escapó el león! ¡Se escapó el león!
Alguien, de repente, observa que venía acercándose el león y ve a un hombre con muletas que quedaba atrás, mientras la multitud corría desesperada, y comienza a gritar:
- ¡¡El de las muletas!! ¡¡El de las muletas!!
y el tipo de las muletas, enfurecido, le dice:
- ¡¡h**...!! ¡¡Déjalo que elija sólo!
En cierta ocasión un tipo visita el zoológico.
Al pasar por la jaula de los monos, se da cuenta que un mono se le queda mirando muy fijamente. De pronto, el mono con la mano le dice que se acerque, el tipo comienza a mirar por un lado y otro y se da cuenta que no hay nadie y el tipo extrañado le responde en señas:
¡Me llamas a mí!
Y el mono le contesta con la cabeza:
¡Sí!
El tipo con temor se le acerca a la jaula y el mono le dice en voz baja:
¿Dime el nombre del abogado que te sacó de la jaula?
Pingüinos al ZOO
Un transportista llevaba una partida de pingüinos hacia el zoológico, cuando a medio camino se le estropea el camión refrigerado. Preocupado, trata de reparar el problema pero ve pasar un camión repartidor de leche y consigue que se detenga.
Entonces le dice al lechero:
- Mira, te voy a dar 500 euros para que me hagas el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.
El lechero acepta el dinero y se lleva con gusto los pingüinos en su camión refrigerado.
Mientras tanto, el transportista logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico.
En cuanto llega, ve salir al lechero, con los pingüinos detrás de él, en fila. El chófer le pregunta al lechero:
- ¿A donde vas con los pingüinos?
El lechero se lo queda mirando y le responde:
- Ya los llevé al zoológico, pero como me sobró dinero, ahora los pensaba llevar al cine..."
¿Qué harías si te persiguiera un león, una jirafa, un caballo?
Te bajas del carrusel.
¿En cuántos pasos metes a un oso a un refrigerador?
En tres:
1. Abres la puerta del refrigerador.
2. Metes al oso.
3. Cierras la puerta del refrigerador.
¿En cuántos pasos metes a un tigre a un refrigerador?
En cuatro:
1. Abres la puerta del Refrigerador.
2. Sacas al oso.
3. Metes al tigre.
4. Cierras la puerta del refrigerador.
¿Qué animal falta en el zoológico?
El tigre porque se quedó en el refrigerador.
Jaimito tenía varias semanas insistiéndole al papá para que lo llevara al zoológico.
¿Papá cuando me vas a llevar al zoológico?
Pronto hijo, pronto, le respondía con cierta apatía el padre.
A Jaimito no le quedó más remedio que acusarlo con la mamá. Esta se dirigió al padre:
Tienes que llevar a Jaimito al zoológico, recuerda el trabajo que tiene que entregar para fin de año.
Al padre no el queda más remedio que llevarlo. Un mes después la maestra le pregunta a Jaimito en referencia al trabajo del zoológico.
Jaimito no entiendo esta frase en tu trabajo: Entonces mi papá se puso muy contento cuando uno de los animales del zoológico ganó y pagó 30 a 1.
Los chistes son una forma popular de entretenimiento que típicamente consta de una anécdota o historia cómica con un final sorpresivo y gracioso. Existen muchos géneros de chistes, como los chistes de niños, los chistes de adultos, entre otros. El propósito principal de los chistes es provocar risa, normalmente atravesando conceptos o situaciones comunes en la vida de una manera humorística y a menudo irónica. La habilidad de contar chistes y hacer reír a las personas es una gran forma de romper el hielo y de conectar con los demás.
Contar chistes de zoológico es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.