Chistes de Almendras

Estos son los 3 chistes de almendras y más graciosos bromas sobre almendras que matan de risa. Lea chistes acerca almendras que sean buenos chistes para niños y amigos en español.

¿Sabías que las almendras también tienen su propio sentido del humor? ¡Sí, así es, los chistes de almendras existen y son cortos y graciosos! Estos chistes ingeniosos son como pequeños bocaditos de diversión que te hacen reír con sus juegos de palabras y ocurrencias. ¡Así que la próxima vez que comas almendras, no te olvides de preguntarles si tienen algún chiste para contar! ¡Quién sabe, tal vez te sorprendan con uno que te haga partir de risa!


Chistes de almendras para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre almendras para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. La parte más difícil de ser vegano es levantarse todos los días a las cinco de la mañana para ordeñar a las almendras.
  2. Un matrimonio atlante se paseaba sobre un puente. De pronto, el marido divisa un almendro lleno de almendras justo debajo del puente. Baja a recoger las almendras y su mujer se queda esperándole en el puente.
    Mientras él recoge las almendras, ella se pone a gritar:
    ¡Paquiñu, que me caigu!
    A lo que el marido, desde abajo, responde:
    Cáigate que yo te coju.
    Pero Paquiñu que me caigu, insiste la mujer.
    Caigate que yo te coju.
    De pronto el marido va a poner las almendras dentro del saco que casi estaba lleno, y ve con sorpresa que están muy marrones y le dice a su mujer:
    Paquiña, que buenas nos han saliu las almendras.
    No Paquiñu, no, ya te decía yo que me caigaba.
  3. Se encuentran en un bar un italiano, un francés y un mexicano, y platican sobre lo que hicieron la noche anterior. El italiano dice:
    -Anoche cuando llegué a mi casa, despojé de todas sus ropas a mi mujer, la lleve a la alcoba, le hice un romántico masaje con un finísimo aceite de almendras, y luego hicimos el amor... La hice gritar durante 10 minutos.
    El francés dice:
    -Anoche cuando llegué a mi casa, despojé de todas sus ropas a mi mujer, la lleve a la alcoba, le hice un masaje erótico con un aromático aceite afrodisíaco, y luego hicimos el amor... La hice gritar durante 20 minutos.
    El mexicano dice:
    -Anoche cuando llegué a mi casa, le saqué toda la ropa a mi mujer, yo no la lleve a la alcoba, allí mismo en el sofá le hice un calentador masaje con manteca de cerdo, y luego hicimos el amor... La hice gritar cuando menos durante 3 horas...
    Los otros dos amigos se miran aterrados y preguntan:
    -¿Tres horas? ¿Y como hiciste para hacerla gritar durante tanto tiempo?
    -¡Es que luego me limpié las manos en la cortina!