Chistes de Anestesia
Estos son los 11 chistes de anestesia y más graciosos bromas sobre anestesia que matan de risa. Lea chistes acerca anestesia que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de anestesia para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre anestesia para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- HABIA UNA VES UNA SEÑORA K ESTABA ENBARAZADA Y FUE AL HOSPITAL Y EL DOCTOR LE DIJO LE VAMO A PONER ANESTESIA Y LA SEÑORA LE DIJO Y YO LE KERIA PONER JUAN
- Esto es un hombre al que le van a operar. Al entrar al quirófano dice el médico:
- Vamos a poner anestesia.
Y dice el hombre:
-Anestesia no!, prefiero la Cenicienta. - Una madre primeriza da a luz gemelos, y después de que se le pasa la anestesia la enfermera se los pone uno a cada lado mostrándoselos. La nueva madre los mira repetidas veces y dice:
¡Me quedo con el de la derecha! - Había una vez una señora que estaba embarazada y fue al hospital y el doctor le dijo "le voy a poner anestesia" y la señora dice “yo le queria poner Sandra”>:(
- Un tío se casa y después de la noche de bodas se reúne con tres de sus amigos, un electricista, un carpintero y un dentista. Los tres amigos le preguntan descojonándose de risa que qué tal le fue la noche de bodas.
- Jo, tíos, os habéis pasado. (Mirando al electricista) Hombre, lo de los cables en la manta tuvo su gracia, porque al cuarto calambre nos la quitamos de encima, total no nos hacia falta. (Mirando al carpintero) Lo de la cama rompiéndose también tuvo su gracia, no te creas que no. (Mirando al dentista) ¡Pero es que hace falta ser mala gente para poner anestesia en los preservativos!. - El hijo del cura Esto era un cura que en los últimos meses notó que tenia la barriga cada vez más hinchada, así que se fue al médico a pedir consejo. Una vez en el hospital los médicos vieron que eran gases, nada grave y quisieron gastarle una broma, lo anestesiaron, le sacaron los gases y le pusieron a un bebé huérfano al lado, al despertar el médico le dijo:
- Le hemos sacado de la barriga este niño.
El cura preocupado se fue para su casa y allí les dijo a sus amigos y conocidos que el bebé era un sobrino suyo que se había quedado huérfano.
Pasaron los años y el cura se hizo mayor, y ya en su lecho de muerte llamó a su sobrino:
- José, tengo que contarte una cosa muy importante antes de morir.
- No se preocupe, siempre he sospechado que usted era mi padre.
- No, no soy tu padre hijo, soy tu madre, tu padre es el Obispo! - -Benito Carlos del Toro tenía varios días de que le dolía mucho la cabeza y a pesar de que había visto a varios especialistas, estos no podían quitarle el malestar. Le habían dado toda clase de tratamientos, pero el dolor seguía. Un día, caminaba por la calle con la cara que mostraba muchos signos de dolor y se encuentra a Puto Pelo y este le dice:
-Puto Pelo: Veo que tiene mucho dolor. Si me das dulce de leche, te puedo decir el nombre de un doctor que te puede curar.
-Y Benito le dio dulce de leche.
-Puto Pelo: Ve con el doctor Zacarías Bello Delano.
-Don Benito: Pero, pero, ese es un veterinario.
-Puto Pelo. Ve con él. El te curará.
-En su desesperación, Don Benito Carlos del Toro pensó que no tenía nada que perder. Así que se fue directo a la clínica.
-Zacarías: Eh, le voy a ser honesto. Yo ni siquiera soy veterinario, pero, déjeme examinarlo.
-Después de examinarlo le comentó:
-Zacarías: Mire, yo tengo la solución a su problema. Es muy fácil, lo he resuelto con diferentes caninos. Ay uy, perdón, personas. Su problema se resuelve castrándolo.
-Don Benito: ¡¿Que?! ¡¿Usted establemente?! ¡Jamás voy a permitir que me corten los huevos y el ****! ¡Me largo de esta pocilga!
-Don Benito se fue a casa resignado, pero desafortunadamente Don Benito seguía con su problema: los dolores de cabeza. Ya desesperado y después de evaluar los pros y contras de la castración, acepta el remedio y se dirige a la clínica para probar su última opción.
-Don Benito: Pero, ¡que carajo! ¡Yo no debería estar anestesiado!
-Zacarías: Oh, demonios, sabía que se me estaba olvidando algo.
-Después de una cirugía de 2 horas, se queda sin **** ni testículos. Unos días más tarde, para su sorpresa, ya no le dolía la cabeza. Así siguió por algún tiempo, lo que le dio mucho ánimo y decidió ir con un sastre para que le hicieran un traje nuevo. Se sentía renovado. Así que decidió buscar a Puto Pelo para que le recomendara un sastre. Después de buscarlo todo el día, lo encontró en un reconocido bar.
-Puto Pelo: Si me das dulce de leche, te recomiendo un sastre.
-Don Benito: Mira, Puto Pelo, yo hablaba de ti de todas tus recomendaciones, pero después de que me recomendaste con ese hombre y me solucionó esos problemas de cabeza, lo único que tengo hacia ti son agradecimientos. Así que mande un tráiler de dulce de leche para tu casa.
-Puto Pelo lo mandó con Jaimito, el mejor sastre de la ciudad. Muy reconocido por la gente por su capacidad de detectar el gusto y las necesidades de las personas. Llega Don Benito y Jaimito le dice:
-Jaimito: Bienvenido. Pase usted, buen hombre. Si quiere un traje talla 38, yo se lo puedo hacer en 2 días.
-Don Benito lo podía creer. ¿Cómo podría Jaimito la talla sin haberlo medido? Entonces le pregunta:
-Don Benito: A ver, a ver, no lo entiendo. ¿Cómo le hizo para saber mi medida? A poco, ¿también sabe el número de talla de mi pantalón?
-Jaimito: Claro, yo se todo. Tengo muchos años de experiencia. Le puedo decir la talla del pantalón, la camisa, corbata y hasta la de los calzoncillos.
-Don Benito: Usted me está mintiendo. Lo dudo mucho. Pero, a ver, dime las medidas de todo.
-Jaimito: A ver, veamos: Zapato 10.5 americano. El pantalón de cintura 36 y de largo 32. La camisa al cuello 16.5 y de largo 15 pulgadas y sus calzoncillos son talla 35. ¿Cómo lo ve?
-Don Benito: Muy impresionante. Usted podrá ser un buen sastre, pero no le acierta todo. Ejemplo: Las medidas del pantalón, los zapatos y la camisa que dijo fueron correctas, pero con la medida del calzoncillo no acertó porque yo no uso 35. Yo siempre me pongo la medida 32.
-Jaimito: Se equivoca, amigo mío. Si usted usa calzoncillos talla 32, le va a apretar muchísimo los testículos y el **** y eso le va a causar unos dolores de cabeza insoportables. - Un señor ingresa en el hospital para operarse de las piernas. Cuando despierta de la anestesia, viene el cirujano y le dice:
–Tengo dos noticias que darle, una es buena y la otra me temo que es mala. ¿Cuál quiere primero?
–Dígame la mala, doctor, y luego me levanta el ánimo con la buena.
–Muy bien… la mala es que hemos tenido que amputarle ambas piernas.
–¡Oh, Dios mío…!!! ¡Nooo! Y… y… ¿cuál es la buena…?
–La buena es que el paciente de la habitación de enfrente dice que le compra los zapatos que traía. - Un cura rural nota que se le está hinchando mucho la barriga y acude al hospital.
Los médicos que lo atienden, se dan cuenta inmediatamente de que es una simple acumulación de gases, pero deciden gastarle una broma.
Lo anestesian, y con medicación consiguen rebajarle la hinchazón, le colocan a su lado a un bebé recién nacido huerfanito y cuando despierta de la anestesia le dicen que ha dado a luz y que ese es su hijo.
El cura, sorprendido, decide volver a la parroquia con el bebé diciendo a sus feligreses que es un sobrino al que se le ha muerto su madre y que lo va a cuidar él.
Pasan los años, el bebé ya es un hombre de más de 20 años y el cura, enfermo, en su lecho de muerte lo llama.
El presunto sobrino se acerca y le dice:
- ¿Qué quieres, tío?.
- Precisamente de eso te quería hablar - le responde -.
- No necesitas decirme nada, ya hace mucho tiempo que sospechaba que no eras mi tío, sino que eras mi padre.
- No, hijo, no. No soy tu padre, sino tu madre; ¡¡¡tu padre es el Obispo!!!. - Valiente mujer Una mujer y su esposo tuvieron que interrumpir sus vacaciones para acudir al dentista.
-Necesito una extracción, pero sin anestesia porque llevo mucha prisa. Extraiga la muela lo más rápido posible para que podamos irnos pronto,- dijo la mujer.
Muy impresionado el dentista exclamó:
-¡Qué valiente es usted, señora! ¿Cuál es la pieza?
La mujer se volvió a su marido y le dijo:
-Muéstrale la muela, cariño. - El dentista le explica al hombre que debía extraerle la muela para lo que lo iba a anestesiar. Comienza a preparar la jeringa cuando el hombre lo interrumpe:
- Nada de agujas, yo tengo pánico a las agujas...
- Bueno, dice el dentista, vamos a anestesiar con un poco de gas.
- No doctor, no soporto tener la máscara de gas en la cara...
El dentista trae una pastilla y se la da al paciente, que se la toma sin protestar
- Con las pastillas no hay problemas... ¿qué es lo que acabo de tomar?
- Viagra -dice el dentista.
- ¿Viagra? ¿para qué me dió viagra?
- Para que tenga de donde agarrarse mientras le saco la muela sin anestesia
Contar chistes de anestesia es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.