Chistes de Batalla

Estos son los 18 chistes de batalla y más graciosos bromas sobre batalla que matan de risa. Lea chistes acerca batalla que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de batalla para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre batalla para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. El profesor le hace un examen de historia y le pregunta a Nabucodonosor, "Dígame qué le dijo Bolívar al coronel Rondón en la batalla de boyacá?"
    Nabucodonosor responde, "Lo siento pero mi mamá me ha dicho que no me meta en conversaciones ajenas."
  2. En clase de historia la maestra pregunta a Nabucodonosor, "Digame Nabuconosor, ¿que le dijo Simón Bolívar al coronel Tendón durante la batalla de Boyaca?"
    Nabucodonosor responde, "No lo se maestra. Mi mamá me dijo que no me metiera en conversaciones ajenas."
  3. La ropa de Napoleón y Rajoy Napoleón Bonaparte durante sus batallas siempre usaba una camisa de color rojo.
    Para él era importante, porque si era herido, con su camisa roja no se notaría su sangre y sus soldados no dejarían de luchar. Toda una prueba de valor. Doscientos años mas tarde, Mariano Rajoy utiliza siempre un pantalón marrón.
  4. El Coronel:
    Mi General, hemos perdido la batalla.

    El General:
    ¡Pues, búsquela!
  5. Un soldado le dice a su general:
    General, hemos perdido la batalla.

    Y el general le contesta:
    ¡Pues búsquela!
  6. El recluta al coronel:
    Mi coronel, hemos perdido la batalla.

    El coronel:
    Pues si la han perdido, ¡búsquela!
  7. ¿De qué sufren los contadores, a diferencia de los demás seres humanos?
    - Depreciación.
    Si la mujer de un contador no puede dormir, ¿qué dice?
    - Mi amor, cuéntame cómo te fue en tu trabajo hoy.
    ¿Qué es un contador auditor?
    - Alguien que llega después de la batalla, y remata con un cuchillo a los sobrevivientes.
  8. Preguntas de examen de razonamiento y la respuesta de un estudiante
    ¿En que batalla murió Napoleón?
    En la última.
    ¿Cuál es la primera causa de divorcio?
    El matrimonio
    ¿A que se parece la mitad de una manzana?
    A la otra mitad
    Si tuvieras tres manzanas y cuatro naranjas en una mano y tres naranjas y cuatro manzanas en la otra ¿qué tendría?
    Unas manos muy grandes.
  9. Los piratas de los siete mares:
    Este era un barco pirata, de pronto, aparece una fragata inglesa.
    El segundo de abordo grita:
    ¡Capitán, capitán una fragata inglesa a babor!
    Entonces el capitán gira instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja!
    Pin, pun, pan, trifulcas, golpes y porrazos y gana la batalla el barco pirata. Al otro día, nuevamente grita el segundo de abordo:
    ¡Capitán, capitán una goleta española a estribo!
    Entonces el capitán gira de nuevo instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja!
    Pin, pun, pan, 20 trifulcas, golpes y porrazos y gana otra vez la batalla el barco pirata.
    Dos días después, el segundo de abordo vuelve a gritar:
    ¡Capitán, capitán una fragata portuguesa hacia la proa!
    Entonces el capitán gira de nuevo instrucciones:
    Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja.
    Pin, pun, pan, trifulcas, golpes y porrazos y de nuevo gana la batalla el barco pirata.
    Al día siguiente el segundo de abordo se acerca y le pregunta al capitán:
    Capitán todos estamos impresionados por sus dotes dirigiéndonos en la batalla y lo bien que nos ha ido en la mar. Sin embargo, todos entendemos por qué hay que colocar la bandera pirata, bajar las velas y lo demás, pero discúlpeme, ¿Para qué pide que le traigamos su chaqueta roja?
    A esto el capitán contesta:
    Elemental señor Smith; si por infortunio soy herido en batalla, la tripulación no se desmoralizará porque no se darán cuenta que estoy herido; de este modo siempre ganaremos la batalla. El señor Smith contesta:
    Ah, que interesante y bien pensado mi capitán.
    Tres días después el segundo de abordo grita:
    ¡Capitán, capitán, dos fragatas portuguesas a babor, tres fragatas inglesas hacia la popa y cuatro goletas españolas hacia proa, entonces el capitán, se rasca la cabeza y gira las instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi pantalón marrón!
  10. Los piratas de los siete mares:
    Este era un barco pirata, de pronto, aparece una fragata inglesa.
    El segundo de abordo grita:
    ¡Capitán, capitán una fragata inglesa a babor!
    Entonces el capitán gira instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja!
    Pin, pun, pan, trifulcas, golpes y porrazos y gana la batalla el barco pirata. Al otro día, nuevamente grita el segundo de abordo:
    ¡Capitán, capitán una goleta española a estribo!
    Entonces el capitán gira de nuevo instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja!
    Pin, pun, pan, 20 trifulcas, golpes y porrazos y gana otra vez la batalla el barco pirata.
    Dos días después, el segundo de abordo vuelve a gritar:
    ¡Capitán, capitán una fragata portuguesa hacia la proa!
    Entonces el capitán gira de nuevo instrucciones:
    Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi chaqueta roja.
    Pin, pun, pan, trifulcas, golpes y porrazos y de nuevo gana la batalla el barco pirata.
    Al día siguiente el segundo de abordo se acerca y le pregunta al capitán:
    Capitán todos estamos impresionados por sus dotes dirigiéndonos en la batalla y lo bien que nos ha ido en la mar. Sin embargo, todos entendemos por qué hay que colocar la bandera pirata, bajar las velas y lo demás, pero discúlpeme, ¿Para qué pide que le traigamos su chaqueta roja?
    A esto el capitán contesta:
    Elemental señor Smith; si por infortunio soy herido en batalla, la tripulación no se desmoralizará porque no se darán cuenta que estoy herido; de este modo siempre ganaremos la batalla. El señor Smith contesta:
    Ah, que interesante y bien pensado mi capitán.
    Tres días después el segundo de abordo grita:
    ¡Capitán, capitán, dos fragatas portuguesas a babor, tres fragatas inglesas hacia la popa y cuatro goletas españolas hacia proa, entonces el capitán, se rasca la cabeza y gira las instrucciones:
    ¡Bajen las velas, coloquen la bandera pirata, todos a los cañones, sables en mano y tráiganme mi pantalón marrón!
  11. DOMICILIO EQUIVOCADO
    El señor y la señora Campos llevaban ya bastantes años de casados y no
    habían logrado tener familia. Suspiraban los dos por un hijo. A muchos
    doctores consultaron y recurrieron a todos los tratamientos,
    pero sin resultado alguno. Por fin un medico encuentra la causa del problema: el
    marido era estéril, no podía engendrar.
    - "Que debemos hacer doctor?" Preguntan ambos.
    - "Algunas parejas recurren a la fecundación artificial, pero es muy costoso
    y se usa de preferencia cuando la mujer tiene problemas para quedar
    embarazada, y suele fallar. Otras parejas utilizan algo mucho
    más sencillo y natural, buscan a un padre sustituto." Dice el médico.
    - "Que es un padre sustituto? Pregunta la señora.
    - "Es un hombre escogido con cuidado que hace por una sóla vez las
    funciones del esposo, de modo que la mujer queda embarazada." La señora
    vacila un poco, pero su marido le dice al doctor que el no tiene
    inconveniente en adoptar aquello con tal que su esposa vea realizada su
    ilusión de ser mama. Y en efecto, pocos días después, por intermedio del
    doctor, se contrata a un joven y se hace la cita para que el siguiente
    domingo por la mañana, ausente el marido de la casa, vaya a visitar a la
    señora y cumpla su tarea.
    Sucedió sin embargo que un fotógrafo de niños que había sido llamado a una
    casa cercana para retratar a un bebé se equivocó de domicilio y llegó al de
    la señora:
    - "Buenos días, vengo por lo del niño", se presenta el fotógrafo.
    - "Siiii...., pase usted, gusta tomar algo?", Dice tímidamente la señora.
    - "No, gracias. El alcohol no es bueno para mi trabajo. Lo que quisiera es
    comenzar cuanto antes", dice el fotógrafo.
    - "Muy bien!!!, le parece si vamos a la habitación?, dice la dueña de la
    casa.
    - "Puede ser allí, pero también me gustaría uno aquí en la sala, dos en la
    alfombra, otro en el jardín...."
    - "Pues cuántos van a ser?", se alarma la señora.
    - "Ordinariamente son cinco en cada sesión, pero si la mama coopera pueden
    ser más, depende...." y sacando del portafolios un álbum le dice:
    "Me gustaría que antes viera algo de lo que he hecho. Tengo una técnica
    especial y única que ha gustado mucho a todas las señoras. Mire el retrato
    de este niño tan bonito. Lo hice en un parque público,
    a plena luz del día. ?? Cómo se juntó gente a verme trabajar!!. Esa vez me
    ayudaron dos amigos porque la señora era muy exigente. Con nada le podía yo
    dar gusto. Para colmo tuve que suspender el trabajo porque llego una ardilla
    y comenzó a mordisquearme el equipo".
    La señora estupefacta oía todo! Y seguía el fotógrafo:
    - "Ahora, vea estos mellizos, en esta ocasion sí que me luci; todo lo hice
    en menos de cinco minutos. Llegue y paf! paf! Dos tomas y mire los gemelos
    que me salieron".
    La señora estaba cada vez más asustada. Y seguía el fotógrafo:
    "Con este niño batalle un poco mas porque la mama era muy nerviosa, hasta
    que le dije: 'Mire señora, usted volteese al otro lado y dejeme a mí hacer
    todo". Ella se volteó y así pude hacer mi trabajo.
    A estas alturas la señora estaba al borde del desmayo! Y el fotógrafo,
    guardando su álbum:
    - "Quiere que comencemos, señora?
    - "A la hora que usted diga", dice la señora
    - "Muy bien dice el fotógrafo poniéndose de pie. Permítame nada más ir a la
    camioneta y traer mi trípode."
    - "Trípode???" pregunta espantada la señora.
    - "Si, comenta el fotógrafo. Es que, usted sabe, mi aparato es muy grande y
    necesito un trípode para apoyarlo, porque ni con las dos manos puedo
    sostenerlo!.
    SEÑORA.... SEÑORA!!!!!!.... "Cresta! por qué se desmayaría esta señora???".
  12. Un señor entra en un bar y dice:
    Camarero, póngame una copa antes de la batalla.

    El camarero se la pone.
    Camarero, póngame otra copa antes de la batalla.
    El camarero se la pone, y sigue así un buen rato.
    Camarero póngame la última copa antes de la batalla.
    ¿Pero de qué batalla me habla usted?
    De la que voy a tener contigo porque, no tengo ni un duro para pagarle.
  13. El capitán valiente Hace mucho tiempo vivió un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamás mostró temor ante un enemigo. Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror. El capitán Bravo gritó
    - Traigan mi camisa roja!!
    y llevándola puesta instigó a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas. Unos días más tarde, el vigía vio dos barcos piratas. El capitán pidió nuevamente por su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya.
    Esa noche, sus hombres le preguntaron por qué pedia la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contestó:
    - Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continúan peleando sin miedo.
    Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
    Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos sino DIEZ barcos piratas que se acercaban. Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que con voz potente, sin demostrar miedo, gritó:
    - Tráingame mis pantalones marrones!
  14. Dos compadres bajan del pueblo a la ciudad. Como nunca la habían visitado se pasan mediodía observando. Al rato uno le dice al otro:
    Oye compadre, fíjate que tengo hambre.
    ¡Vamos a comer pues!
    Y se van a un restaurante, y les dan la carta, pero como no pueden leer, le dicen a la mesera:
    Por favor tráiganos unos huevos duros.
    Y les llevan los huevos duros. Entonces comienza la batalla, como no pueden utilizar los cubiertos. El primero agarra el trinche y quiere pinchar el huevo pero como es redondo se desliza, y así pasa un buen rato tratando de partirlo. Para mientras el otro termina y le dice al primero:
    ¿Pero qué te pasa que no has terminado?
    Es que no puedo partir el huevo.
    Trae acá le dice, y lo parte fácilmente.
    ¡Es que vos ya lo agarraste cansado!
  15. El general a los soldados gallegos:como casi todos los rusos se llaman Serguey los llamamos y cuando se asomen les disparais:En medio de la batalla:
    gallego-SERGUEY!!!
    ruso-que.(y el gallego le dispara)
    El general ruso a sus soldados:buyeno como casi todos los gallegos se llaman manoliño les llamamos y cuando se asomen disparais.En medio de la batalla
    ruso-MANOLIÑO!!
    gallego-quen é?
    ruso-soy Serguey PUM.(LE DISPARA EL GALLEGO)
  16. Cosas de la edad media Siete de la mañana, finales de enero, siglo XI, baja edad media. Un caballero regresa al castillo después de una dura batalla. El tío daba pena, iba con la armadura abollada, el yelmo torcido, la cota de malla hecha jirones y el caballo cojeando.
    El señor del castillo sale a su encuentro y le dice:
    - Pero ¿qué te ha pasado?
    - Señor vengo de serviros como os merecéis castigando
    duramente a vuestros enemigos de Poniente.
    - Pero qué decís, si yo nunca he tenido enemigos en Poniente.
    - ¿Ah no?. Pues ahora los tenéis.
  17. Un barco tenía un capitán muy valiente. Un día van a atacar un barco pirata, entonces, el capitán le dice a uno de sus soldados:
    ¡Tráigame mi camisa roja!
    El soldado se la lleva, y van a la batalla y ganan. Al otro día vienen dos barcos piratas y el capitán le vuelve a decir:
    ¡Tráigame mi camisa roja!
    Ese día vuelven a ganar, entonces, el soldado le pregunta al capitán:
    Capitán, ¿por qué cada vez que vamos a batalla, usted pide su camisa roja?
    Y el capitán le contesta:
    Porque si me llegan a herir, ustedes no se darían cuenta, y seguirían peleando.
    Al otro día vienen 10 barcos piratas, y el capitán le dice:
    ¡Tráigame mis pantalones marrones!
  18. Napoleón Bonaparte durante sus batallas siempre usaba una camisa de color rojo.
    Para él era importante, porque si era herido, con su camisa roja no se notaría su sangre y sus soldados no dejarían de luchar. Toda una prueba de valor.
    Doscientos años mas tarde...
    Los políticos acostumbran utilizar siempre un pantalón marrón por miedo a que les pregunten sobre su honradez y probidad, sobre todo referente a sus dineros para financiar las campañas.



chistes de batalla

Contar chistes de batalla es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.