Chistes de Camisa Roja
Estos son los 7 chistes de camisa roja y más graciosos bromas sobre camisa roja que matan de risa. Lea chistes acerca camisa roja que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de camisa roja para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre camisa roja para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Pantalon verde, camisa Roja, botones Negros, ¿quién soy?
La sandia. - La ropa de Napoleón y Rajoy Napoleón Bonaparte durante sus batallas siempre usaba una camisa de color rojo.
Para él era importante, porque si era herido, con su camisa roja no se notaría su sangre y sus soldados no dejarían de luchar. Toda una prueba de valor. Doscientos años mas tarde, Mariano Rajoy utiliza siempre un pantalón marrón. - Una chica con su camisa azul, su pantalones amarillos y una chaqueta verde y botas rojas, mira a su novio y le pregunta..
- Cariño, te gusto??
- Pues.. pareces una caja fuerte, mi vida.
- Una caja fuerte?? y eso porque???
- Porque no te encuentro la combinación... ¬¬ - El capitán valiente Hace mucho tiempo vivió un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamás mostró temor ante un enemigo. Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror. El capitán Bravo gritó
- Traigan mi camisa roja!!
y llevándola puesta instigó a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas. Unos días más tarde, el vigía vio dos barcos piratas. El capitán pidió nuevamente por su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya.
Esa noche, sus hombres le preguntaron por qué pedia la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contestó:
- Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continúan peleando sin miedo.
Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos sino DIEZ barcos piratas que se acercaban. Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que con voz potente, sin demostrar miedo, gritó:
- Tráingame mis pantalones marrones! - Un barco tenía un capitán muy valiente. Un día van a atacar un barco pirata, entonces, el capitán le dice a uno de sus soldados:
¡Tráigame mi camisa roja!
El soldado se la lleva, y van a la batalla y ganan. Al otro día vienen dos barcos piratas y el capitán le vuelve a decir:
¡Tráigame mi camisa roja!
Ese día vuelven a ganar, entonces, el soldado le pregunta al capitán:
Capitán, ¿por qué cada vez que vamos a batalla, usted pide su camisa roja?
Y el capitán le contesta:
Porque si me llegan a herir, ustedes no se darían cuenta, y seguirían peleando.
Al otro día vienen 10 barcos piratas, y el capitán le dice:
¡Tráigame mis pantalones marrones! - Napoleón Bonaparte durante sus batallas siempre usaba una camisa de color rojo.
Para él era importante, porque si era herido, con su camisa roja no se notaría su sangre y sus soldados no dejarían de luchar. Toda una prueba de valor.
Doscientos años mas tarde...
Los políticos acostumbran utilizar siempre un pantalón marrón por miedo a que les pregunten sobre su honradez y probidad, sobre todo referente a sus dineros para financiar las campañas. - En cierta ocasión en la escuela de Pepito se esta acercando el día de las madres y su maestra le dice a todos:
Mañana es el día de las madres, los que tengan su madre viva por favor vengan con una rosa roja en el bolsillo, y los que tengan a su madre muerta vengan con una rosa blanca.
Pues bien, Pepito se apareció con una rosa roja en el bolsillo de la camisa, y con una rosa blanca en un pié.
Su maestra intrigada le dice:
Pepito, ¿Qué te pasa que tienes una rosa roja y una rosa blanca?
Pepito cojeando le dice:
Maestra, yo tengo mi madre viva, pero tengo un callo en este pié que no tiene madre.
Contar chistes de camisa roja es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.