Chistes de Despeinar
Estos son los 10 chistes de despeinar y más graciosos bromas sobre despeinar que matan de risa. Lea chistes acerca despeinar que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de despeinar para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre despeinar para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- ¿Qué es un asterisco?
Un punto despeinado. - ¿Qué le dijo el bigote a la nariz?
No me soples que me despeinas. - Le dice la recién casada al esposo:
Mi amor, ya estamos casados, y tú sabes que a mí me gusta manejar todo con reglas, y para hacer el amor tienes que considerar lo siguiente:
1. Si cuando llegues estoy bien linda y muy bien peinada, no quiero que ni te acerques a saludarme.
2. Si estoy más o menos peinada, a lo mejor, si le mueves un poco y si.
3. Si estoy toda despeinada y fodonga, quiero todo contigo.
Así que ya sabes, ¿estamos de acuerdo?
Y su esposo le contesta:
Totalmente de acuerdo, y como tú tienes reglas ahora van las mías.
1. Si llego a casa y me tomo una cerveza, no quiero nada contigo, si puedes dormir en la pieza de junto, mejor.
2. Si me tomo dos cervezas, tal vez y me den ganas.
3. Pero si llego y me tomo tres cervezas, a mi no me va a importar ni tu estado de ánimo, ni tu peinado. - A bordo de un tren, un pasajero leía tranquilamente un diario, cuando ve pasar por el pasillo a un enano hecho una furia con dos valijas ...
El tipo lo mira con atención y ve como va y viene.
A los dos minutos vuelve a pasar, para el otro lado del pasillo, hecho una furia.
- ¡Que maldita suerte!... ¡Que maldita suerte!, se quejaba el enano.
Después que habrá pasado unas diez veces, el pasajero intrigado lo encara.
- ¿Qué te pasa, viejo?
- Es que me equivoqué de tren, este es el directo a Luján y me tengo que bajar antes. Voy a llegar tarde a una reunión y ese me paso porque ponen los carteles tan alto que no llego a leerlos.
Al pasajero le da tanta lástima el pobre enano con sus dos valijotas que le tira una propuesta.
- Escuchame, vamos a hacer esto: cuando el tren pasa por la estación reduce un poco la velocidad, entonces yo te doy una mano para que te bajes.
El enano desesperado acepta. Cuando llega la estación y el tren baja la velocidad a unos 80 Km/h el pasajero lo toma al enano de los hombros asomados los dos por la puerta del primer vagón y lo empieza a acercar a la plataforma. El enano movía como loco las piernitas intentando igualar la velocidad del andén, hasta que le grita al pasajero:
- Largame loco, que ya puedo!
Y ahí nomas lo suelta al enano con sus dos valijas hecho un bólido en el andén a toda carrera y plena velocidad.
Satisfecho de su obra de bien vuelve a sentarse y disfrutar de su diario cuando a los pocos minutos lo ve pasar de vuelta al enano por el pasillo, descontroladísimo, todo transpirado, despeinado, babeando, los ojos desencajados y arrastrando sus dos valijas.
- ¡Que maldita suerte!... ¡Que maldita suerte!
Intrigadísimo le pregunta el tipo que lo había ayudado:
- Pero... ¿Qué te pasó ahora? ¿que hacés arriba del tren?
A lo que el enano lacónicamente responde:
- Cuando me soltaste en el anden, seguí corriendo para no irme de trompa al piso... fue ahí cuando el guarda que venía en el último vagón, al grito de "Vamos enano que perdés el tren!" me manoteó del saco y me subió de nuevo. - El novio acompaña a su novia a la casa, después de una salida.
Cuando llegan a la entrada de la casa, él, adoptando una
Posición ganadora apoya una mano en la pared y le dice: Mi amor, ¿por
qué no me das una chupadita?
¿Qué? ¿Estás loco?!
Ya pues, rapidito, no pasa nada.
No: puede aparecer alguien de mi familia o algún vecino y
reconocerme y en tremendo lío que nos metemos. Mejor quédate quieto.
Pero es un ratito nada más, la cabecita nada más; a esta hora de
la noche no viene nadie, te lo juro mi amor.
¡Te dije que no, no y no!!!.
Ya pues. Yo sé que a ti te gusta. Una chupadita nada más...
¡¡QUE NO!!!
Anda, no seas así...
En ese momento aparece sorpresivamente la hermana
de la chica, en camisón y toda despeinada. Medio dormida le dice
a su hermana:
Dice mi Papá! que se la chupes, sino, que se lo chupe yo y si
no, dice que baja él y se la chupa, pero que por favor le digas a este
reconcha su madre
¡¡¡QUE QUITE LA MANO DEL INTERCOMUNICADOR Y NOS DEJE DORMIR
CARAJO!!! - El novio acompaña a su novia a la casa después de una salida. Cuando llegan a la entrada, él, adoptando una posición ganadora, apoya una mano en la pared y le dice:
- Mi amor, ¿por qué no me la chupas un ratito?
-¿Aquí? ¡Tu estás loco!
- Dale, rapidito, no pasa nada ...
-¡ No!. Puede bajar alguien de mi familia a tirar la basura o algún vecino y reconocerme.
- Pero es un ratito nada más, a esta hora no viene nadie.
- Que no hombre, que si bajan a tirar la basura ...
- Dale, si a ti te gusta, una chupadita nada más tía ...
-¡ No! Que pueden bajar ....
- Dale, no seas así ....
- He dicho que no, que no y que no.
- Venga, si ahí agachada no te va a ver nadie, tonta.
-¡¡¡¡NO!!!
En ese momento aparece la hermana de la chica, en camisón, toda despeinada y le dice:
- Dice papa que ya hemos tirado la basura, así que, que se la chupes de una p**... vez y si no, que se la chupe yo, y si no, dice que baja él y se la chupa, pero, por favor, que levante la mano del puto telefonillo que son las tres de la mañana, ¡joder! - Este era una vez un hombre que quería comprar un loro. Entra a una tienda de animales y ve a tres loros; el primer loro cantaba karaoke y pregunta:
¿Cuánto cuesta este loro?
El vendedor le responde:
20.000 dólares.
El señor pregunta por el siguiente loro que cantaba operas.
¿Cuánto cuesta este otro loro?
El vendedor le responde:
30.000 dólares.
Luego el comprador pregunta por el último de los loros que estaba mal vestido, despeinado y fumando.
¿Y cuánto cuesta éste?
El vendedor le responde:
100.000 dólares
El comprador le pregunta:
¿Por qué este es tan caro?
El vendedor responde:
Porque éste es el que escribe las canciones, le pone la música, y prepara los conciertos. - Diferentes loros Esto era un hombre que quería comprar un loro. Entra a una tienda de animales y ve a tres loros; el primer loro cantaba karaoke y pregunta:
- ¿Cuánto cuesta este loro?
- 20.000 euros.
El señor pregunta por el siguiente loro que cantaba óperas.
- ¿Cuánto cuesta este otro loro?
- 30.000 euros.
Luego el comprador pregunta por el último de los loros que estaba mal vestido, despeinado y fumando.
- ¿Y cuánto cuesta éste?
- 100.000 euros
A lo que el señor extrañado pregunta:
- ¿Por qué este es tan caro?
El vendedor responde:
- Señor... porque éste es el que escribe las canciones, le pone la música, y prepara los conciertos. - Animales de lucha Un hombre rico pasea por el parque con sus dos perros dóberman que le han costado una millonada y que están superentrenados para pelear con otros perros. De pronto ve a un vagabundo despeinado con un perro pulgoso y maloliente, para reirse de él le reta:
- Te hecho una pelea un solo perro mío con el tuyo.
El vagabundo le responde:
- No, mejor tus dos perros contra el mío.
El hombre rico acepta y comienza un gran combate.
Cuando termina todo con los dos dóberman muertos, el rico rompe a llorar junto a los cadáveres diciendo:
- Mis perros, me costaron 100.000 euros cada uno.
El vagabundo responde:
- ¿ ¡Y tú qué crees que a mi me regalaron la cirugía plástica de mi cocodrilo...? - Estaba Fidel con su chófer paseando en su auto a toda velocidad, cruzando el campo, cuando derepente ¡zas!, atropellan a un chanchito.
- ¿Qué hacemos? - preguntó el chófer -.
- Busca al dueño del cerdo, explícale el accidente y dale un dinero a cambio - respondió el presidente -.
Así pasó una, dos, tres... al cabo de 6 horas, se apareció el chófer, totalmente despeinado, con la camisa fuera...
- ¿Qué pasó? - preguntó Fidel -.
- Me demoré porque el dueño del cerdo me invitó a comer, después la mujer me regaló estos puros y un rico vino, y además hice apasionadamente el amor con su hermosa hija de 17 años.
- Increíble, ¿cómo lo hiciste?.
- Fue fácil - responde el chófer -, lo único que dije fue:
- Hola, soy el chófer de Fidel Castro y acabo de atropellar al cerdo.
Contar chistes de despeinar es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.