Chistes de Fúnebre
Estos son los 12 chistes de fúnebre y más graciosos bromas sobre fúnebre que matan de risa. Lea chistes acerca fúnebre que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de fúnebre para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre fúnebre para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Destrás de una carrosa funebre iba una fila de 4 cuadras. Un borracho admirado se acerca y pregunta:
¿Quién murió? y un hombre le responde.
-Mi suegra!!, y el borracho entonces pregunta:
-Y ¿De que murió?
-Le dicen: La mató un perro.
El borracho dice: ¿Me puedes prestar al perro?
Y toda la gente le grita: ¡Pues ponte en la fila!! - Un hombre ve un cortejo fúnebre y se da cuenta de que el ataúd lo llevan de costado. Se acerca a un conocido que va detrás del ataúd y le pregunta:
- ¿A quién llevan a enterrar?.
- A mi suegra, dice el amigo.
- ¿Y por qué de costado?
- Cállate, dice el amigo, bajando la voz y dice:
- Si la ponemos boca arriba, empezará a roncar. - Un hombre irresponsable y que se había portado muy mal con su pobre familia, muere al fin. En el acto del entierro, un pariente lejano pronuncia la oración fúnebre:
Fue un esposo modelo y un padre ejemplar.
Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le dice:
Vamos hijo, nos equivocamos de entierro. - Javier y Pablo eran 2 hermanos ricos y malvados que iban a la misma iglesia.
Cuando Pablo murió, Javier le entregó al pastor un cuantioso cheque para que mandara a construir un nuevo templo a todo lujo.
Sólo le pongo una condición, le aclaró en tono despótico: Que en el oficio fúnebre diga que mi hermano era un santo.
El pastor accedió y depositó el cheque en el banco. En la ceremonia fúnebre, subió al pulpito y declaró.
Pablo era un hombre malvado, que engañaba a su mujer, y traicionaba a sus amigos, pero comparado con Javier, era un santo. - Un atlante que no tiene idea de inglés, va a los Estados Unidos. El hombre queda muy asombrado con todas las estructuras y edificios que ve, pasando junto a la Estatua de la Libertad le pregunta a un señor:
Oiga, ¿Quién hizo esa estatua tan grande y tan bonita?
El señor no le entiende y le contesta:
What?
Luego el hombre sigue su rumbo y pasa por el puente de Brooklyn, y pregunta a otro señor:
Oiga, ¿Quién hizo ese puente tan grande?
Como tampoco le entiende le contesta:
What?
El hombre sigue caminando y pasa por el Empire State Building y pregunta:
¿Quién lo construyó?
Le contestan:
What?
Y de repente pasa un cortejo fúnebre y el hombre pregunta:
¿Quién es el desafortunado?
Y le contestan:
What?
Y él dice:
¡Ay! ¡Pobre what se murió y no lo pude conocer! - Una señora llama a un periódico donde se dan todas las noticias, en este caso, era una noticia fúnebre:
Por favor, ¿me podría decir usted si es tan amable, dónde anuncian a los que mueren?
Pues sí, en la sección de esquelas.
¡Ahí mismo!
Dígame.
Mire usted: La defunción de un señor; apunte por favor.
¿Me da su nombre?
Ricardo García.
¿Edad?
45 años.
¡Perdone señora! ¿Qué parentesco tiene con usted?
Es mi marido.
¡Vaya, lo siento, señora! Eh, por favor, ¿me da la hora de la defunción?
Mañana a las 8:00 horas, ¡Cuando aparezca el desgraciado este! - En una ciudad de EE. UU. muere un eminente cardiólogo y sus amigos y familiares deciden hacerle un grandioso y pomposo funeral.
En medio de la Iglesia, y detrás del ataúd, se encontraba un gigantesco Corazón todo cubierto de flores.
Terminado el servicio fúnebre y leído el responso, el corazón se abre en dos y el ataúd se desliza suavemente dentro del corazón al ritmo de una suave música.......
Una vez adentro, las dos puertas se cierran y el ataúd desaparece de la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en el hermoso Corazón.
Se oye la risa de uno de los amigos del difunto.
Todos los presentes se dan vuelta para mirarlo y el señor se disculpa diciendo:
"¡Perdón! lo siento mucho....estaba pensando en mi funeral; ¡soy ginecólogo!" - Están dos hombres jugando golf y en eso pasa un cortejo fúnebre por la calle adyacente al campo y uno de los hombres se quita el sombrero y se lo pone en el pecho respetuosamente.
- ¡Jamás había jugado yo con alguien que tuviera una sensibilidad y una calidad humana como las tuyas!. Jamás había visto yo hacer eso a nadie.
- Bueno, (dice el aludido) después de 20 años de matrimonio con ella creo que era lo menos que podía hacer... - Un viejo se está muriendo. Alrededor del lecho poco a poco empieza a surgir una discusión.
¡Vamos a alquilar un carro fúnebre para llevarlo con decencia! Dice la esposa.
¡No creo que se deba gastar tanto dinero! Yo puedo llevarlo en la camioneta del vecino, si me la presta, dice el hijo del viejo moribundo.
¿Y por qué no lo llevamos al hombro? Pregunta el vecino, él casi no pesa nada.
Por fin el moribundo reúne el resto de las fuerzas que le quedan, y dice:
Si ustedes me ayudan a bajar, tal vez yo pueda llegar al cementerio por mi cuenta. - Va pasando una carroza fúnebre y Jaimito corre detrás llorando y gritando:
¡Papá, espérame, por qué te fuiste, espérame que yo me quiero ir contigo!
Y la gente comentaba:
Pobre niño, quedó huérfano, que lastima, pobrecito, que dolor.
El niño seguía gritando:
¡Papá, papá llévame contigo, papito no me dejes!
En eso la carroza fúnebre se detiene y se baja el chofer muy enojado y grita:
Jaimito apúrate y súbete antes que te de un golpe. - Llega un hombre a la consulta del doctor y le pregunta:
Y bien doctor, ¿cómo me encuentra?
El doctor lo examina y le dice:
Tiene el hígado destrozado, sus pulmones no sirven, artritis hasta el tuétano, y de paso taquicardia.
El hombre al escuchar todo eso sale muy triste del consultorio, y en eso va pasando una carroza fúnebre y el hombre le hace señas y le grita:
¡Taxi! - Una señora llama a un periódico donde se registran las noticias, en este caso, era una noticia fúnebre: Por favor, ¿me podría decir usted si es tan amable, dónde anuncian a los que mueren? Pues sí, en la sección de defunciones. ¡Ahí mismo! Dígame. Mire usted: La defunción de un señor; apunte por favor. ¿Me da su nombre? Julian Andrés. ¿Edad? 45 años. ¡Perdone señora! ¿Qué parentesco tiene con usted? Es mi marido. ¡Vaya, lo siento, señora! Eh, por favor, ¿me da la hora de la defunción? Mañana a las 8:00 horas
Contar chistes de fúnebre es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.