Chistes de Librería
Estos son los 18 chistes de librería y más graciosos bromas sobre librería que matan de risa. Lea chistes acerca librería que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de librería para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre librería para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Llega un hombre a una librería y le pregunta al vendededor:
¿Tiene ese best seller antirobos?
Claro, le contesta el vendedor.
¡Pues a ver si se lo lee, porque esto es un asalto! - En una librería:
- ¿Tiene algo para combatir el cansancio?
- Si, pero está agotado.... - El viejo y el mar En una librería:
- ¿Tiene usted algo de Hemingway?
- Sí, "El viejo y el mar ".
- Hum... pues... déme “El mar" - ¿Por qué un gallego llega a una librería y pide un sobre redondo?.
Es que va a enviar una circular. - Entra un hombre a una librería y le dice al vendedor:
Me da a un libro para hacer amigos, ¡Apúrese, estúpido, ridíc**...! - La honestidad y otros valores - Estoy leyendo un libro nuevo que se llama "La honestidad y otros valores"
- Que bueno, ¿dónde lo compraste?
- Lo robé de la librería de la esquina - -El día de San Valentín, un hombre entra en una librería y pregunta al dependiente:
- ¿Tiene tarjetas con la frase:
"Para mi único y verdadero amor"?
- Sí, claro.
- Pues, déme ocho... - ¿Cómo reconoces a un argetino en una librería?.
Es el único que pide un mapamundi de Buenos Aires. - Libros para el cansancio - Hola, ¿tienen libros para el cansancio?
- Sí, pero están agotados... - Manual de buenos modales Un señor entra en una librería y le dice al dependiente:
- ¿Por favor, podría darme un manual de buenos modales? ¡Calvo de m**...! - perdone le dice un cliente al propietario de una libreria,tiene usted algún libro para el cansancio si pero está agotado
- Entra un vasco en una librería y pregunta:
- Oiga pues, necesito un mapamundi de Bilbao, joder la ostia - Mar-i-ano Mariano Rajoy entra en una librería y le pregunta al librero:
- Tiene usted algo de Hemingway ?
- Si, 'El viejo y el mar'
- Hummm... déme 'El mar'. - Una abuela y su nieta van a una librería a buscar libros. Ésta se queda perpleja cuando oye a su abuela pedir a la dependienta una novela erótica:
Pero, abuela, le dice, ¿a ti no te gustaban sólo los libros de historia?
Claro, hija, responde la abuela, pero es que a mi edad todo eso es ya Historia Antigua. - Libros de contabilidad En la librería..
- Hola, tiene libros de contabilidad?
- Debe Haber, debe haber... - Necesito un libro con urgéncia Un hombre entra en una librería y dice:
- Quería un libro sobre cómo hacer amigos, c**... de m**.... - Hola, buenos días. ¿Me da un recambio de folios para la carpeta?
¿Alguna marca en particular?
No, gracias, me da igual.
Si, bueno, ¿pero cómo lo quiere?, ¿liso, cuadriculado, con líneas?
Cuadriculado, por favor.
¿Con qué tamaño quiere los cuadros?
Este...
Tengo los normales de 4 milímetros, pero también le puedo dar papel centimetrado, o medio centímetro, o los grandes de pulgada.
Me da igual, con cuatro milímetros.
El papel blanco y las rayas negras, me imagino.
Sí, sí.
¿Con margen o sin margen?
Bueno, con margen.
¿De qué color quiere la raya del margen?
Pues no sé, ¿qué colores tiene?
Unos cuantos. Rojo, negro, azul...
Rojo mismo, para que más.
¿Cuántos agujeros tiene su carpeta?
Cuatro.
¿Con las esquinas redondeadas?
No, mire, me da igual.
¿Y qué tamaño? ¿octavilla, cuartilla, folio, holandesa?
Vale, mire, lo que podemos hacer es que vuelvo mañana con la carpeta y usted me da un recambio igualito que el que tengo ahora, ¿vale?
Bueno, sí, si usted quiere...
Total, que el tío sale mareado de la librería y en la puerta se encuentra con un amigo suyo con un retrete al hombro, que le dice:
Hombre, Manolo, ¿qué tal?
Pues mira, no muy bien, porque venía a comprar hojas para la carpeta, pero el tío que me ha atendido es un plasta, y me ha dado un dolor de cabeza que no me aguanto.
¡Qué me vas a decir a mí!, yo vine esta mañana por un rollo de papel higiénico, y mira, ¡me tengo que traer el retrete para que le tome las medidas! - Hola, buenos días. ¿Me da un recambio de folios para la carpeta?
¿Alguna marca en particular?
No, gracias, me da igual.
Si, bueno, ¿pero cómo lo quiere?, ¿liso, cuadriculado, con líneas?
Cuadriculado, por favor.
¿Con qué tamaño quiere los cuadros?
Este...
Tengo los normales de 4 milímetros, pero también le puedo dar papel centimetrado, o medio centímetro, o los grandes de pulgada.
Me da igual, con cuatro milímetros.
El papel blanco y las rayas negras, me imagino.
Sí, sí.
¿Con margen o sin margen?
Bueno, con margen.
¿De qué color quiere la raya del margen?
Pues no sé, ¿qué colores tiene?
Unos cuantos. Rojo, negro, azul...
Rojo mismo, para que más.
¿Cuántos agujeros tiene su carpeta?
Cuatro.
¿Con las esquinas redondeadas?
No, mire, me da igual.
¿Y qué tamaño? ¿octavilla, cuartilla, folio, holandesa?
Vale, mire, lo que podemos hacer es que vuelvo mañana con la carpeta y usted me da un recambio igualito que el que tengo ahora, ¿vale?
Bueno, sí, si usted quiere...
Total, que el tío sale mareado de la librería y en la puerta se encuentra con un amigo suyo con un retrete al hombro, que le dice:
Hombre, Manolo, ¿qué tal?
Pues mira, no muy bien, porque venía a comprar hojas para la carpeta, pero el tío que me ha atendido es un plasta, y me ha dado un dolor de cabeza que no me aguanto.
¡Qué me vas a decir a mí!, yo vine esta mañana por un rollo de papel higiénico, y mira, ¡me tengo que traer el retrete para que le tome las medidas!
Contar chistes de librería es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.