Chistes de Pidiendo Limosna
Estos son los 9 chistes de pidiendo limosna y más graciosos bromas sobre pidiendo limosna que matan de risa. Lea chistes acerca pidiendo limosna que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de pidiendo limosna para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre pidiendo limosna para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Dos monjitas piden limosna por las casas. Llaman a una puerta. Sale la señora.
- Una limosnita. ¡Somos hermanas de Cristo!
- ¡Aaaahhh! ¡Pues qué bien se conservan! - Estaba una madre y su hijo pidiendo limosna y la madre se puso a llorar y su hijo la consoló:
No llores mamá, cuando yo sea rico ya solo tendrás que pedir para ti. - Dicen que una vez un limosnero estaba pidiendo limosna en la calle y de repente aparece un hombre que le dice:
¡No, no le doy limosna a los que piden en la calle!
Entonces, el limosnero le dice:
Entonces, aquí tiene mi dirección para que me la lleve a mi casa. - Llega un tipo y se encuentra a su compadre pidiendo limosna y le dice:
Pero compadre, ¿por qué está pidiendo limosna? ¿qué pasó con su fabrica de vasos irrompibles?
El limosnero responde:
¡Quebré, mi compa!
Y el otro le dice:
¡Entonces no eran irrompibles! - Martina va con su madre por la calle y ven a un pobre pidiendo limosna por navidad con una placa colgada que dice sordomudo.
- Yo le daría una limosna a ese hombre si supiera de verdad que es sordomudo. Y el pobre contesta enfadado.
- Mujer, no sea tan desconfiada. ¿No ve lo que dice la placa? - Resulta que un hombre decide disfrazarse de pobre y pedir limosnas. Un día estaba sentado, y justo pasa su novia, lo ve y le dice:
Mi amor, ¿Sos vos?
Y él le dice:
Señorita, creo que usted se equivocó.
Ella dice:
Iré a la casa de mi novio y comprobaré si es verdad.
Él se apresura, se va corriendo a su casa y se saca el disfraz.
Cuando su novia llega le dice:
¿Sabes una cosa?
Allá había un hombre, re parecido a vos pidiendo limosna.
Y él le contesta:
Mi amor ya te dije que no era yo. - Un ciego está sentado en una esquina pidiendo limosnas. Lo hace con una lata donde hay una moneda la cual tira con precisión al aire recogiéndola con la misma lata. De forma que hace un sonido característico cuando vuelve a caer dentro de la lata.
La limosna al ciego, clank, la limosna al ciego, clank, la limosna al ciego, clank...
Un tipo va pasando frente al ciego y observa como el ciego lanza la moneda y cae a la lata y procede a agarrar la moneda en el aire.
El ciego no se da cuenta y sigue con su procedimiento, pero ahora no hay sonido.
La limosna al ciego, la limosna al ciego, la limosna al ciego...
El ciego asustado exclama:
¡Ya me fregué, ahora ciego y sordo! - un día un vagabundo estaba pidiendo limosna y le dijo a una mujer
-oiga me puede dar dinero
-si, pero usted se parece a mi esposo
-yo no soy nadie dijo el vagabundo
bueno ya me voy dijo la mujer
al poco rato el vagabundo llego a la casa de la mujer se quita su ropa y se pone una nueva, la mujer llega y dice
-mi amor vi a un vagabundo que se paresia a ti
-mi vida ya te dije que no era yoO_o - Los 5 hermanos Estaba un joven pidiendo limosna por las calles y empieza a charlar sobre su situacion con un señor:
-¿No tiene usted una moneda para mi familia que es muy grande y no tiene dinero? Comprenda, somos 5 hermanos todos de diferentes padres y vivimos con nuestra madre, en total 6 personas...
-Es culpa de tu madre por ser tan irresponsable y tener tantos hijos... ¡y encima con tantos hombres distintos!
-No es su culpa ella, la violaron muchas veces en la facultad.
-Entiendo... Asi que al fin y al cabo fue contra su voluntad...
-No, no, nada de eso, fue contra el paredon de la facultad
Contar chistes de pidiendo limosna es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.