Chistes de Ruin
Estos son los 11 chistes de ruin y más graciosos bromas sobre ruin que matan de risa. Lea chistes acerca ruin que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de ruin para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre ruin para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- NO ES LO MISMO LA RUINA DE MACHUPICHU QUE VENGA EL MACHO TE PONGA EL PICHO Y TE LO DEJE HECHO UNA RUINA....JAJAJAJAJAJAJAJA
- O_ono es lo mismo las ruinas de manchu pinchu...k venga un macho te meta el pichu y te deje en ruina!!!
- ¿Qué le dijo un borracho a una iglesia en ruinas?
Compañera, no tenemos cura. - No es lo mismo las ruinas del machu pichu, que venga un macu te meta el pichu y te deje el c**... como una ruina.
- ¡Esta casa es una ruina!
Mamá, mamá.
Dime hijo.
La escalera no tiene barandillaaaaaaaaaaa. - No es lo mismo, las ruinas del machu-pichu que venga el machu te meta pichu y te deje en ruinas.
- Entre un médico y un abogado:
Ustedes los abogados si son muy ladrones... Toman a un cliente, y sólo lo sueltan cuando lo dejan en la ruina...
Pero nosotros, al menos... ¡los dejamos vivos! - no es lo mismo las ruinas del machu picchu k un machu k tiene el pichu en ruinas
:) :) xD - Viene un señor caminando por la calle con los pies chuecos, todos doblados, caminando con mucha dificultad y se encuentra con un amigo:
Carlitos, ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo!
¡No me digas!, ando muy mal, mi mujer me dejó, se fue con mi mejor amigo, se llevó los niños y me dejó en la calle. Se llevó todo el dinero de mi negocio, realmente me dejó en la ruina.
La verdad que no lo puedo creer Carlitos, y veo que tuviste problemas físicos.
No, ¿Por qué?
¿Pero Carlitos, por que caminas así?
Ah, los pies, es que yo calzo zapatos tamaño 42.
¿Y?, Carlitos.
Los zapatos son tamaño 37.
¿Y por qué?
Porque la única satisfacción que me queda, es llegar a casa y sacarme los zapatos. - Un hombre fue citado para una investigación fiscal de Hacienda.
Asustado, le preguntó a su contable de qué manera vestirse.
- Usa harapos, para que piensen que estás en la ruina, replicó el contable.
Cuando le preguntó a su abogado, éste le dijo exactamente lo contrario:
- No dejes que te intimiden, usa tu mejor traje y corbata más elegante.
Una buena presencia da credibilidad y ayudará a entablar una relación más amistosa con el inspector.
Confundido, el hombre decide preguntar a su mujer, le cuenta de los dos consejos opuestos y le pide su opinión.
- Déjame contarte una historia -dice la señora
- Cuando estaba a punto de casarme contigo, le pregunté a mi madre qué ponerme la noche de bodas y me dijo:
- Ponte una bata pesada, de franela, que te llegue al cuello, ello hará que te respete.
Pero cuando le pregunté a mí mejor amiga, me dio otro consejo opuesto:
- Ponte el negligé más pequeño que tengas, transparente y con un escote que te llegue hasta el ombligo, eso hará que te desee y afianzará vuestro amor.
El hombre protestó:
- Pero mi amor, ¿qué tiene que ver eso con mis impuestos?
- Pues que no importa como te vistas, te van a f**... igual. - Esta era una vez Tarzán que estaba recargando la cabeza sin ver, en un árbol, de repente empieza a correr rapidísimo, se va por las lianas, pasa por un río, lucha contra un cocodrilo, sigue corriendo, pasa por un desierto y ya cansadísimo llega a unas ruinas, abre un sarcófago, mira el interior y lo vuelve a cerrar. Se regresa por el desierto, pelea con serpientes, llega al río y nada contracorriente, pasa por la selva y se encuentra con un león, después de derrotarlo se va por las lianas y después de correr varios kilómetros llega al árbol donde se encontraba y grita:
¡Un, dos, tres por Chita que está en el sarcófago de las ruinas!
Contar chistes de ruin es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.