Chistes de Jornada
Estos son los 7 chistes de jornada y más graciosos bromas sobre jornada que matan de risa. Lea chistes acerca jornada que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de jornada para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre jornada para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- ¿Cómo se dice en chino doce horas?
- Media jornada.^^ - Un día, un murcielaguito después de una larga jornada de vuelo se posó a descansar en una rama sin darse cuenta que había otro vampirito al lado, gira para verlo y le pregunta:
- ¿Y vos quien sos?
- ¿Yo? yo soy Vampi.
- ¿Vampi qué?
- Vampi-rito... y vos ¿quién sos?
- ¿Yo? Yo soy Oto.
- ¿Oto qué?
- Oto vampirito. - - ¿Cuántas horas dura tu jornada laboral?
- Ocho.
- ¿Computadas?
- Con putadas, once. - Dos psicólogos se encuentran a las diez de la noche luego de una ardua jornada de trabajo, en el ascensor del edificio. Uno de ellos va todo deshecho, cansado, agotado, el otro, impecable, lleno de buen humor, sonriente y relajado.
Oye, no me lo creo de verte así, ¿Cómo haces para estar en esta forma luego de 14 horas de consulta con los pacientes?
Y le contesta el otro asombrado:
¡No me digas que tú los escuchas! - El hijito camello pregunta:
Mami, ¿por qué tenemos estas patotas?
Ay, mi bebé, pues muy sencillo, son para no hundirnos en la arena del desierto.
¡Ah!, oye, ¿y por qué tenemos estas pestañotas?
Ay, chiquito mío, pues para proteger nuestros ojos del fuerte sol y de la arena del desierto.
¡Ah!, mami, mami, ¿por qué tenemos esta jorobota?
Oh, queridito, pues en la joroba acumulamos grasa y líquidos para soportar muchos días en el desierto sin agua ni comida, así podemos tener grandes jornadas de trabajo, para eso nos sirve.
¡Ah!, oye, mami, ¿y entonces, qué diablos hacemos tú y yo en un zoológico? - La cucharilla En un restaurante uno de los comensales de una mesa, repara que el camarero, lleva una cucharilla de las de café en el bolsillo de la chaqueta.
Se fija un poco mas y comprueba que todos los camareros llevan cucharillas en los bolsillos de sus respectivas chaquetas.
Intrigado, le pregunta al camarero:
- Lo de la cucharilla en el bolsillo ¿es por algo?
- Si señor, es que ha habido una consultoría para ahorrar costes. En ella se ha comprobado que la cucharilla de café es la pieza que más veces se suele caer al suelo, nosotros la reponemos inmediatamente y en el siguiente viaje a la cocina volvemos a colocarnos otra. De esta forma ahorramos un 3 por ciento de nuestro tiempo.
- Muy inteligente, sí señor.
Al rato, el mismo comensal, observa que le cuelga un hilito hábilmente disimulado de la bragueta. Igualmente comprueba que todos los camareros están en la misma situación.
Vuelve a preguntar al camarero:
- Lo del hilito en la bragueta ¿seguro que también tiene una explicación?
- Efectivamente. En la misma auditoría se ha comprobado que por la cantidad de horas que nos pasamos en el restaurante, tenemos necesidad de ir varias veces al servicio. Con la cuerdecita nos la
sacamos sin tocarla, con lo cual evitamos perder tiempo
lavándonos las manos lo que produce un ahorro del 4 por ciento en el total de la jornada.
Se queda el comensal pensando y dice:
- Bueno para sacarla, muy bien, pero ¿cómo se la guardan?
- Los demás no lo sé, yo uso la cucharilla. - Existen 3 tipos de jefes: los INCAS, los MAYAS y los AZTECAS.
Los INCAS son aquellos que entran a las 8 de la mañana y salen a las cinco. Todo el tiempo de su jornada, nomalmente, se lo pasan INCÁ-ndotela.
Los MAYAS son aquellos que cada día llegan al trabajo una hora más tarde, luego se marchan a desayunar, vuelven 5 horas más tarde, y dicen: "¿MAYA-mado alguien?".
Los AZTECAS son aquellos que llegan al trabajo, marcan tarjeta y se marchan con la intención de no volver hasta el siguiente día hábil, pero antes de irse le dicen al güevón de turno: "AZTECA-rgo de todo lo mío".
Contar chistes de jornada es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.