Chistes de Tubo Escape
Estos son los 8 chistes de tubo escape y más graciosos bromas sobre tubo escape que matan de risa. Lea chistes acerca tubo escape que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de tubo escape para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre tubo escape para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- ¿Cómo arreglan "los bollos de los coches" los gallegos?.
Soplando por el tubo de escape. - Uno que llama al mecánico y le dice:
- "Te llamo por el tubo de escape"
Y le dice el mecánico:
- "!c**..., pues que bien que se escucha! - Era una vez un atlante que se sacó la lotería y compra un carro último modelo y decide salir de la ciudad, y llega a la capital del estado y en eso le chocan el carro. El atlante se baja del carro y el que le chocó el carro se baja también y en eso el atlante le dice al otro fulano:
Oiga usted, que se cree, este carro es nuevo no tengo ni una semana con este carro. Me lo tiene que arreglar.
El capitalino le responde:
¡Oiga! ¿De dónde es usted?
Soy atlante, ¿Por qué?
¿Es atlante?, No se preocupe si el carro lo compró en Atlántida, no hay problema, son carros inflables.
¿Cómo que inflables?
Sí, sólo le empieza a soplar por el tubo de escape y asunto arreglado.
¿En serio?
Sí, es en serio.
¡Gracias, muchas gracias!
De nada.
Y el capitalino se va.
Y ahí está el atlante en la calle inflando el carro y en eso pasa un compadre atlante también y le dice:
¡Compadre! ¿Qué está haciendo?
¡Estoy inflando el carro! ¿Qué no ves? Es que me lo chocaron y me dijeron que le soplara por el tubo de escape y se inflaba.
¡Pues si será tonto compadre! ¿No ve que tiene los vidrios abajo? - Bilbaínos Va uno de Bilbao conduciendo su recién estrenado coche, por la autovía, dirección San Sebastián, cuando en una de las curvas, se sale de la carretera y se pega “la gran hostia”, quedando el flamante coche completamente abollado.
El bilbaíno sale del coche, y empieza a mirar el mal estado en que ha quedado su flamante coche y en éstas pasa un donostiarra, y viendo lo mal que estaba el de Bilbao, detiene su coche, y le dice :
- No te preocupes, hombre, si quieres dejar el coche, tal y como estaba antes, no tienes mas que soplar por el tubo de escape, y a medida que se vaya hinchando, irán desapareciendo las abolladuras.Dicho esto el donostiarra vuelve a montarse en el coche y deja al bilbaíno manos a la obra.
El bilbaíno todo agradecido, se tumba en el suelo, y empieza a soplar por el tubo de escape, como le había dicho el donostiarra y en éstas que pasa otro de Bilbao, que al ver a su paisano tumbado en el suelo, decide detenerse para echarle una mano.
El bilbaíno accidentado cuenta a su paisano lo que le ha sucedido, y el brillante consejo que le había dado el donostiarra.
El último bilbaíno en llegar, mira atónito al bilbaíno accidentado, y le dice:
- ¡¡TU ERES TONTO O QUE!!... como piensas que se va a hinchar el coche soplando por el tubo de escape…………. SI TIENES LAS VENTANILLAS BAJADAS. - Hay una rubia que sale del supermercado y ve que en su coche hay un bollado y le pregunta a un hombre que pasaba:
-¿Y ahora que ago?
y dice el señor:
-Pues sopla por el tubo de escape y se pondra bien.
La rubia le da las gracias y empieza a soplar por el tubo de escape. Al rato pasa otra rubia y le pregunta:
-¿Que haces?
-Soplar por el tubo de escape para que se valla el bollado.
y dice la otra rubia:
-¿Pero que haces?... ¿No ves que la ventanilla está abierta? - Carlos lleva a su bella mujer a la clínica para que sea sometida a una complicada operación. El médico le informa que los resultados solo se sabrán hasta dentro tres días, después de la recuperación.
Apenas se completaron los 3 días Carlos llama a la clínica para enterarse del estado de su hermosa mujer, y le contesta la recepcionista:
-Buenos días, Clínica Municipal, a sus ordenes...
-Gracias señorita, llamo para averiguar por el estado de la paciente del 421 que fue operada hace tres días...
-Muy bien, ya lo comunico con el médico a cargo.
Mientras Carlos espera la comunicación, las lineas telefónicas se cruzan y resulta comunicado con un taller de reparación de motos en donde alguien pregunta por su Yamaha; hay un ruido de interferencia, y Carlos pregunta:
-Hola, ¿me escucha bien?
-Si señor, y no se preocupe en cuestión de 2 días se la entregamos...
-Ah, eso quiere decir que todo salió bien ¿Verdad?
-Si, muy bien, aunque se presentaron más dificultades de las que esperábamos. Tenia varias piezas desgatadas, pero ya se las cambiamos. Yo creo en 2 días ya la puede montar de nuevo...
-¿Montarla de nuevo?
-Si, la puede montar de nuevo sin ningún problema. Le cambiamos el tubo de admisión que ya estaba carcomido. Se ve que usted le da con frecuencia... el desgaste interior lo demuestra. Debería aceitarla cada 8 días... Además, su pistón ya está muy usado; no tiene valor. Para probarlo, le metimos un pistón más grueso que el suyo y los resultados fueron excelentes. También le ampliamos el tubo de escape que ya tenía una gruesa capa de orín...
-¿Tubo de escape? ¿Orín? -pregunta Carlos desconcertado.
-Si, el tubo de escape por donde salen los gases...Es que estaba obstruido, pero ya quedó perfecto...
-Un momento, -dice Carlos y trata de agregar... déjeme decirle que ...
-No, Usted no diga nada hasta que no la vea: ¡Yo personalmente la probé, luego la han montado 5 de mis colegas, y con todos se ha portado de maravilla! - Una noche, Clementina va conduciendo a su casa cuando se desata una tremenda granizada que deja su coche lleno de abolladuras. Al día siguiente lleva el vehíc**... al taller para que le hagan un presupuesto de reparación. El mecánico le hace un guiño a su compañero y le dice a Clementina que si sopla con fuerza por el tubo de escape, las abolladuras desaparecerán.
Al llegar a su casa, Clementina se pone a soplar con todas sus fuerzas por el escape del coche. En eso llega la amiga con quien comparte la vivienda y le pregunta qué está haciendo. Clementina le explica lo que le dijo el mecánico.
Pero no da resultado, añade, haciendo una pausa para tomar aliento.
¡No seas tonta!, le dice su amiga, ¡primero tienes que cerrar las ventanillas! - Esto era una rubia que iba en coche y de repente se ve envuelta en una terrible granizada que deja el coche lleno de abolladuras. Lo lleva al taller y el muy vacilón del mecánico le dice:
- Tranquila guapa, esto si tienes tiempo en casa soplas por el tubo de escape y en nada se infla y se le van las abolladuras. La rubia hace lo que le mandan pero no consigue nada. En esto que llega otra rubia y le dice:
- ¡Pero qué haces mujer!
- Nada, tratando de quitarle las abolladuras inflando el coche.
- , así no consigues nada amiga, tienes que cerrarle las ventanillas o se te escapará el aire.
Contar chistes de tubo escape es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.