Chistes de Apetito
Estos son los 5 chistes de apetito y más graciosos bromas sobre apetito que matan de risa. Lea chistes acerca apetito que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de apetito para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre apetito para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Luego de comerse tres platos en un exquisito restaurante, el cliente llama al mozo:
Camarero, todavía me he quedado con hambre, ¿Qué me aconseja pedir?
¿Quiere un consejo sincero?
Pida la cuenta, ¡Y estoy seguro que se le pasará el apetito! - Un anciano se pone a dieta para bajar de peso. Cuando llega a casa le dice a su mujer:
- Rosa, desnúdate que quiero verte encuerada!
- En serio? Qué bueno, hace tanto que no lo hacemos...
- No es eso, necesito algo que quite el apetito. - era se una mañana, luego de una noche caliente, donde ,el varon al amanecer bajo a preparar un desayuno, la dama, al sentir el basio profundo de su amado varon que al premitir el sol, todo era un festin celestial en la cocina , se veian deluciosas las torillas, se sentia el aroma delicioso todo lo q se encontraba dentro , sin ser descubierta ella bajo asta poder observar un cielo de lujosas y apetitosas subio ligeramente asta la habitacion se recosto nuevamente en la cama, para poder disimular y dar mas encantos al desayuno .
pero , el tiempo pasaba y pasaba n las horas y bajo ligeramente para ver que es lo q habia pasado , y el comedor estaba totalmente lipio y no habia nadie al parecer solo se encontraron platos y sartenes sucios
con una nota que decia: mi amor te toca labar los platos aun hay queso, mantequillas, huevos , para que tu te prepares tu desayuno, no te preocupes yo ya me prepare el desayuno , no queria molesterte como para que me prepares todo, te amo. - Un tipo hambriento entra a un restaurante; se sienta en una mesa sucia y ordena:
¡Ea, mesero, venga aquí por favor!
Pero nadie le hace caso.
Insiste:
¡Oiga, mesero, venga por favor!
Nuevamente, nadie le hace caso.
Mientras espera, mira hacia la mesa y ve a 15 hormigas 'punk' en motos, armadas con bates, cadenas, navajas y látigos persiguiendo a una sola. La hormiga solitaria vestía chamarra negra, pantalón de cuero, botas negras y conducía una motocicleta plateada.
El hombre, asombrado, observa como el grupo de 15 hormigas intenta atrapa a la hormiga solitaria, cuando, de pronto, la hormiga solitaria da un giro de 180 grados en su vehíc**..., saca un látigo y de un sólo golpe tumba a 6 hormigas; se da la vuelta y sigue su camino.
Las cosas se están poniendo buenísimas, pensó el tipo. Hasta el apetito se le había quitado.
La persecución continuaba, y todas iban a la máxima velocidad esquivando vasos y platos, de improviso, la solitaria saca del bolsillo una bomba de humo; enciende la mecha y la arroja hacia la pandilla. El humo se expandió rápidamente haciendo que las perseguidoras tuvieran poca visibilidad y dos hormigas más cayeron al suelo. Ahora únicamente quedaban 7.
Varias hormigas le arrojaban navajas tratando de agujerear las llantas. Pero la hormiga era sorprendente y se movía de lado a lado. Colérica, la hormiga jefe, una enorme roja, bien fortachona, saca una cadena larga y le pega un latigazo en el brazo a la solitaria. Ésta perdió el equilibrio y se estrelló contra un grano de arroz; rápidamente la hormiga se levantó y se subió a la moto, pero cuando levantó la mirada estaba rodeada. Las 7 hormigas punk, irritadas, sacaron sus armas; empiezan a acelerar sin avanzar, la otra hace lo mismo. Entonces las punk aceleran a toda velocidad con las armas al frente, la solitaria saca una cadena y de pronto...
Llega el mesero y limpiando la mesa dice:
¿Qué le sirvo, señor? - Haciendo la Mili en Paracas Resulta que un chico de Torrejón de Ardoz llega a su casa un mediodía sin ánimo de comer y sin apetito.
-El padre se lo mira muy serio y preocupado, porque el chico llevada dos meses haciendo el Servicio Militar, y le dice:
- ¡Niñooo! ¿Tan malamente se está en "Paracas"? que vienes desganao, que no duermes apenas, que te pasas las noches en vela y que encima no comes.
- ¡Hombre, papaaaa! Son unas experiencias muy duras. Hay un capitán allí que es muy severo y el hombre cuando estamos a dos mil pies en el helicóptero y está todo el mundo preparado con la mochila para saltar, me ve la cara de miedo, y esta mañana ¿qué te crees que me ha dicho?
- ¡Cuéntame mi arma!, le dice el padre.
- ¡¡¡¡¡O saltas ahora mismo o te violo!!!!!
- ¿Y saltaste? prosigue el padre.
- ¡Oye papaaa!, al principio un poquito.